Alicia Escribano

De pequeña contaba unas mentiras gordísimas. Cuanto más abrían los ojos quiénes las escuchaban más gordas y lustrosas se hacían las mentiras.
Después descubrí que si las escribía en un papel podía llamarlas cuentos y así nadie me castigaba.
Ahora ya casi no digo mentiras, pero escribo muchos cuentos y » La barba de Marita» es uno de mis preferidos. Dentro de muy poco también verá la luz un relato que he escrito para el libro «Peligro animales desapareciendo» de la editorial Tres patas y pico.

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